miércoles, 11 de enero de 2012

Olvido


Cosas tremendas le habían pasado en su vida, pero esto era en definitiva la peor: 
Había salido de su casa apresurada y mientras bajaba las escaleras tenia esa maldita sensación de que algo importante había olvidado.  En la mente y hablando en voz alta como solía hacer cuando pensaba hizo la lista:
Llaves, lentes, dinero, licencia, agua del gato, de los perros, gas cerrado, luces apagadas, lista de compras…
-Mmm.....! Nada, todo listo-, dijo en un tono felizmente impostado intentando tranquilizarse
Fue al coche, lo puso en marcha y anduvo el largo camino repleto de autos acompañada por esa sensación de paz incierta, estaba segura que había olvidado algo pero por mas esfuerzos que hacía no lograba dar en el clavo.
Llegó al centro, hizo sus compras con lista en mano pues solía ser tan despistada que era necesaria: telas tantos metros, listones otros tantos, hilos, agujas, cierres…
Todo tachado, todo estaba allí, no olvidaba nada, pues la lista que le había tomado días armarla, estaba completa, aún así ese sentimiento  permanecía, se tomó un minuto para pensar sobre si había algo que no hubiera puesto en la lista, nada, todo estaba allí.
Suspiró y se fue en automático a un restaurante, pidió lo que quería, comió, pagó la cuenta y verifico tres veces el contenido de la bolsa de compras todo estaba allí y también seguía la angustia del olvido. Revisó debajo la mesa, revisó su cartera varias veces: tarjetas, facturas, llaves…
-Ah! llaves, las llaves del auto!!- pensó
-En el estacionamiento- le dijo esa voz de la conciencia que le hablaba siempre, pero que hoy había estado semidormida
-Boleto, si acá está-
Ningún olvido, todo en su sitio.
Manejó de vuelta a casa, recordó darle la propina al del estacionamiento, prender las luces del auto, poner sus direccionales, tomar el carril a tiempo… nada, todo bien, todo marchaba bien, intento en vano quedarse tranquila encendiendo el radio, pero no sucedió seguía temblando por dentro
Llegó a casa con el corazón cada vez mas agitado, estaba segura que esa sensación de olvido que la acompaño durante el día podría traer consigo alguna tragedia, lo sentía, lo sabía
Estacionó el auto y bajo, revisó a lo lejos su piso, todo bien, nada fuera de lo normal, ventanas cerradas, vidrios completos, no hay humo, agua, nada todo bien…
Molesta consigo misma por esa sensación estrepitosa que permaneció todo el día a su lado, refunfuño y se dedicó una mala cara, tomó sus llaves, abrió la puerta de abajo y subió las escaleras. Cuando se disponía a abrir el departamento escucho ruidos dentro, hizo mas ruido para que cualquier intruso escapara asustado por el tintin de las llaves, se dispuso a abrir y al insertar la llave la puerta se abrió, alguien la había abierto al tiempo que preguntaba con una voz que le parecía familiar:
-¿Olvidaste algo querida?-
La voz la estremeció, vio los pies de quien había abierto y toda ella tembló como un árbol, lentamente subió la mirada con horror, hasta toparse con esos ojos verdes grandes, era ella misma que se había dejado olvidada en la casa durante el día