miércoles, 1 de junio de 2011

Lobo, lobito!


Sus fauces se abrían, cautas,
quedas
mientras que al tiempo entre palabras mal pronunciadas
mostraba en sus feroces dientes,
el ardor de sus entrañas

Era el lobo vestido de oveja,
cazando,
engañando con sus dichos poco claros
enajenantes,
estaba allí en el negro de sus ojos 
y yo bajo su mirada cruel correspondía

En la rigidez de su lomo estrecho, estreñido,
habita su miedo a darse,
su miedo a que las cosas sean diferentes,
envuelto en coraza
anida su verdadero ser, inamovible ,
humano, mortal

Allí entre las grietas de sus belfos anida su ansia de comer
sus babas sedientas logran arrastrar al otro a la experiencia del miedo
del desamor, del vaivén

En la estepa de su hambre
habita inocente cauto y mortífero,
acecha inescrupulosamente, cuestiona lo incuestionable y te da vuelta para que caigas
loco,
muerto en ti

Allí en sus lares impera el silencio,
la soledad, la vaciedad, 

Allí donde el eco no existe
las cosas no responden a la misma lógica:

Allí amar es morirse de miedo
es paralizarse con el sonar de sus aullidos

Allí pude haberme quedado
por que creo en la belleza de la vida
de los seres, 

Allí descubrí mi fuerza
mi poder
allí te quedas solo, 
lobo
que yo ya me he ido



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