sábado, 24 de mayo de 2008

Su historia

2005-2008

Su voz era baja, pausada y aún asi presente. Tenía un temperamento como ninguno. Era como si proveniera de familia de dictadores. No había manera de razonar con él; era de esas personas que ni siquiera interlocutor necesitan pues se preguntan y se contestan solos. Sin embargo él tenia una pregunta que no habia logrado responderse: ¿quien soy?

Sabia, por multiplicidad de estudios y disciplinas contemporáneas, que los demás eran siempre una buena referencia, habia escuchado, gracias a la entrada de la era de acuario, que los otros son espejo de uno mismo. Así, se dedicó a clasificar todos los comportamientos humanos, a coleccionarlos en cajones que le servian de mesa, de cama, de lámpara. A todos lados llevaba cajoncitos con tarjetas en blanco que eran llenadas en su diario vivir y que luego se convertirían en parte del mobiliario.

Estos cajones guardaban la historia, la historia familiar y al paso del tiempo se convirtió en un especialista en la materia. Escudriñaba a cada una de las personas que conocía, metía los datos obtenidos en su computadora que hacía el trabajo de clasificarlos y agruparlos según su intensidad y conveniencia propia. Asi los miedos, las pasiones y los secretos comenzaron a tener luz propia, poco a poco se volvieron parte de si. Pero él nunca pensó que tremendas combinaciones podrían ser mortales.

Sus experimentos los llevaba a cabo en su laboratorio, obscuro escondrijo detrás de un parque de la colonia, alli llegaba, ya entrada la noche, alimentaba a los gatos y se escabullía detrás de las cajas que había colocado para ellos y que les servían de hogar, luego llegaba al lago habitado por patos quienes hacian las veces de gárgolas. Tomaba una pequeña embarcación improvisada, remaba hasta el centro del lago y se metía bajo tierra.

En un principio sus experiementos los hacia sobre los patos y los gatos, que por mal alimentados lo seguian hasta 8 metros bajo tierra, sin embargo esto duró poco, no obtenía nada de lo que esperaba ver y un dia decidió que necesitaba humanos para seguir con sus investigaciones, él fue el primer sujeto de investigacion, hasta que ésta acabó con él.

Los comportamientos y emociones humanas las decantaba y lograba que se conviertieran en diferentes liquidos, de múltilples colores y texturas, extraía lo escencial del comportamiento y se dedicaba a sumarlos, haciendo mezclas exquisitas como si fuesen perfumes. Sumaba por ejemplo el miedo a la vida de un sujeto, con el alcoholismo de otro, el abandono con la necedad y la soberbia con la riqueza, estaba ávido en clasificar, conocer cada uno de los pormenores, de cada una de sus mezclas.

Una vez lograda la mezcla idónea, las extraía de la maquina decantadora y las aplicaba sobre sí por medio de electrodos distribuidos a lo largo de su cuerpo; cada comportamiento le correspondía un organo en especial, así combinaba una con la una y la otra con la una y con aquella más. Se generaban ondas electromagnéticas que daban a cada una de sus zonas del cuerpo diferentes sensaciones y éstas, después de suficientes aplicaciones comenzaban a generar la conducta deseada acompañada de una luz palpitante de múltiples colores.

Era genial de pronto ser un despiadado millonario o un mendigo alcoholico, un gordo raboverde o una damisela en apuros, era una experiencia sublime poder vivir esto por tan sólo unos minutos, la luz lo volvía ciego y allí veía más luz, más gente y se veía a sí mismo de otra manera.

Había triunfado.

Pero este trabajo traía consigo, una serie de riesgos que él no tenia considerados: poco a poco, sin darse cuenta empezó a no salir de su lugar de trabajo, dejo de tener contacto con los demás, también comezó a rayársele la vista pues al ser otro él no se veía mas a sí mismo. Algunos días su cuerpo vibraba como si tuviera alguna mal conección en los electrodos, se sacudía y hacía ruidos extraños, poco a poco su imagen se desvanecía del espejo y era suplantada por una visión reverberante y luminosa… Llego el día en que su perro fiel no lo vió y se fue tras un par de piernas que si veía… por mas que le llamó nunca volteo, tampoco volvió. Así sólo despues de ese día decidio recuperarse, el asunto era que tenía tantas opciones y opiniones en la experiencia que en lugar de pensar encuchaba un ruido blanco como el que se escucha cuando uno trabaja en el laboratorio con ratas.

Poco a poco comenzó a remitirse a si mismo, a su historia propia, a sus sentimientos que tenía guardados y clasificados por alli, como parte del comportamiento ¨humano natural¨, pero mas valía eso, por que tanta gente involucrada en sus entrañas, corriendo por sus venas o pensando a sus adentros, era terrible así que más valía volver a ser sí mismo.

Un buen día salió de la madriguera y fue a su casa, todo estaba igual solo que veía las cosas diferentes, como que tenían una dimensión que él no recordaba, el ruido sordo seguía allí, era un zumbido que de pronto lo volvía loco. Tiró todos los espejos, decidió que hubiera sido enloquecedor verse como era ahora…: nada, o por lo menos un ser transparente que ni su perro logró verlo.

Una vez instalado comezó su trabajo de reconstrucción, todos los dias se nombraba, sacaba las tarjetas que lo habían capturado alguna vez y se las estudiaba todo el día, intentando con eso recuperar las sensaciones que había tenido en antaño.

Su rutina era la siguiente: se levantaba de la cama, se decía convencido los buenos dias y durante 45 minutos recitaba su nombre completo con mucha fe y devoción tal y como lo hacía su abuela cuando él la acompañaba a misa los sábados y lo mecía a la hora del sermón en sus piernas. Poco a poco recuperaba recuerdos y sensaciones propias en el desayuno se sentaba a tomar y nombrar cada uno de los alimentos, intentaba comer pues ya había perdido el sentido del gusto y no se atrevía a verse la lengua por temor a haberla perdido, intentaba recrear como se sentía la papaya en la boca, como ésta topaba con su campanilla, como pasaba luego, através de un largo viaje por la farinje y la larinje hasta llegar al estómago, intentaba sentir lo fresca que era la fruta, como se sentia el frio de ésta en la boca afilada. Asi, hubo un día, en que saludó al melón y este le supo a piña, pero era un tremendo avance pues volvió a saber lo que era el sabor, aunque todo hasta el mismo pollo, le sabia a piña.

Meses después vió un extraño reflejo en la tetera de la cocina, era una cosa rara, que no se quedaba quieta ni un segundo, parecían unas antenitas o algo, que viéndolo más de cerca, eran unos brasitos diminutos que cuando se extendían soltaban una mielesita. Decidió para aprehenderlo nombralo pronto y dijo: -esta es mi boca, ésta parte de mi cabeza- se acercó para verse los ojos y algo de pronto, entre su pecho y su espalda, se encendió… era una luz tenue pero persistente, río y esta apareció de vuelta, río a carcajadas y brincó hacia delante para verla con más detalle: la luz se encendió de vuelta ahora con mas fuerza y gritó: -allí, allí esta mi corazón…-

De pronto todo se iluminó solo veía la luz verdesilta que lo seguía a todos lados y lo demás se volvió obscuro y sin importancia… se animó a descubrir un espejo, que esperaba paciente a que este día llegara, quitó el montón de libros que lo cubría y se vio: una luz intensa, destallante y diminuta palpitaba en si, se nombro por útlima vez y salió por la ventana a la noche que lo esperaba y así comenzó a vivir su vida como luciérnaga de un verano.