De ti,
de ti recuerdo tus ojos
el grito acallado en el doblez de mi cuello
el placer de verte, de vernos enlazados por
luces que desde hace siglos nos mecian
Recuerdo tus manos en mi boca silenciandome
tus piernas que se acomodaban en el vacio de mis muslos
recuerdo tu voz
tu silencio
tu adios